NOVENA SEMANA. LA RUPTURA DE LA CONVENCIÓN MEDIANTE LA LUZ Y LA SOMBRA.

La producción plástica de los últimos siglos ha girado en torno a las posibilidades de la representación visual, explorando con cada nuevo movimiento artístico, nuevas maneras, nuevas convenciones, hasta llegar a la abstracción de principios del siglo XX . En consecuencia, y sin renunciar a la vía abstracta, central para el arquitecto, la formación artísitica, para ser completa, necesita considerar también esa evolución de la la representación.

Las convenciones exploradas durante el siglo  XIII y asentadas en el XIV, son puestas en crisis, de manera fuerte y evidente, con el Barroco, especialmente con el manejo de la luz y con las deformaciones espaciales surgidas de la manipulación de la perspectiva. Las figuras humanas, perfectamente silueteadas, ubicadas en el dorado espacio dorado de los retablos o en un espacio puramente racional, son sustituidas ahora por figuras sin límites precisos, que se disuelven en un espacio más o menos tenebroso.

Debajo. Fresco de Giotto y retablo de Piero della Francesca.

Debajo. El Dogo Veneciano de Bellini, perfectamente silueteado sobre un fondo azul metafísico y el «sfumato» de la Gioconda de Leonardo, que empieza a disolver los límites de la figura y a establecer una nueva relación entre la figura y el fondo.

Con el Barroco se pasa del sereno Espacio Sagrado, de carácter metafísico, a un espacio deformado por una iluminacion que resalta el carácter simbólico de la escena o su pertenencia al mundo empírico.

Debajo. «Adoración de los Pastores» y «Niño con vela» de El Greco. Escenas, mundana y bíblica, de Rembrandt.  

Debajo. El Barroco equilibrado de Velázquez y el llamado «Tenebrismo» de Caravaggio y José de Ribera.

El Barroco, además de ser un movimiento históricamente ubicado, constiuye una poética arquetípica que se manifiesta en cualquier tiempo, como ocurre con estos cuadros de Goya.

En tiempos más recientes, los dibujos del postimpresionista George Seurat, más próximos al Barroco sosegado de Velázquez que al de Caravaggio, muestran el equilibrio inestable entre la figura y el fondo.

Los interiores de Le Corbusier en La Tourette, de Steven Holl en la Iglesia de S. Ignacio o de Peter Zumthor en las Termas de Val, muestran la correspondencia en arquitectura de los espacios barrocos surgidos seguramente de la pintura.

Debajo. Recopilación de los trabajos de la semana.

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